Los porqués de San Francisco

¿LOS PORQUÉS DE SAN FRANCISCO?

Cuando visitas San Francisco no sólo entiendes el porqué de cuando se produjeron todos los cambios más revolucionarios del país, sino el porqué de donde. Los Beatniks en los 50, los Hippies en los 60, los Gays en los 70, San Francisco es origen y corazón mundial de Internet. Todas las innovaciones tienen cabida en esta ciudad.

Nada nuevo parece espantar a sus habitantes. Con ojos como platos me quedo parada ante atuendos más allá de todo lo estrafalario que tu imaginación sugiera, mientras mis amigos caminan o compran impasibles a su lado. En ningún lugar del mundo puedes pasar totalmente desapercibido vistiendo un gorro con orejas de oso azules, vestir mitad hombre mitad mujer, ostentar cualquier color de peinado, y un largo etcétera. Por desgracia, también pasan desapercibidos tantos “homeless” como se pasean en la calle con sus mantas al cuello empujando sus carritos de supermercado en los que atesoran todas sus pertenencias.

Tampoco hay porqués en esa vida de confianza-miedo en que se vive. Puedes hablar con desconocidos que no te han sido presentados, exhibir el derecho a dejar tu casa y tu coche abierto durante horas, pero si te acercas a preguntar a un coche o una puerta, automáticamente se encierran y ponen barreras ante cualquier invasión de su intimidad.

No hay parejas extrañas en esta ciudad, cualquier combinación de sexo, cualquier raza, cualquier edad, todo está permitido. Y sin embargo porqué hay tantas personas solitarias. No hay barreras en la forma de pensar, de vivir o de vestir. Y sin embargo porqué está penado ser viejo y ser vulgar. Aunque en el fondo, se busca lo familiar y conocido, como si, en el mismo miedo al cambio, existiera la realidad de que todo puede cambiar.

¿Porqué se puede combinar un rascacielos con una casa de estilo victoriano, un hospital de ladrillos con una nave de murales pintados, una lavandería desvencijada con un bar-saloon de colorines? El encanto está en los contrastes. Chinatown al lado de un moderno centro. El sol de California en un lado de la bahía con una pululante niebla entrando por las puertas del Puente Dorado. El barrio de Mission de familias católicas con los clubes de Castro. Un guapo y joven surfero con un encintado pelilargo arrugado.

Una ciudad de cultura y contrastes. Así es el espíritu de la ciudad de San Francisco, siempre cambiante, siempre distinta de todo, pero siempre amigable y reconocible.

CONSEJOS PRACTICOS

Cuando llegues al aeropuerto, los Suttles te llevan a la ciudad cada media hora por unos 20 dólares contando la propina al chófer, y te dejan puerta a puerta. Pero ojo con los que no son oficiales, ya que te cogen y encierran la maleta mientras te dejan esperando a que se llene la furgoneta. No es práctico alquilar un coche si no vas a visitar los alrededores. No es fácil aparcar. No es una ciudad esparcida tipo Los Ángeles, sino con un centro fácil de recorrer a pie y de orientarse. Y los transportes son originales y funcionan muy bien. Si alquilas bicicletas, los autobuses también las llevan (se ponen delante).

No olvidar llevar un adaptador de enchufes. En algunos casos, también es necesario un transformador, si el aparato en cuestión no está adaptado para 125 V.

En San Francisco hay que llevar siempre un jersey a mano. No confiarse en el sol, ya que el viento del pacífico es frío.

Las propinas no son obligatorias, pero es usual dejar entre el 15 y el 20% del importe.

Los Museos son casi todos de entrada libre los martes. SeMoma suele ser muy interesante. En el Golden Gate Park tenemos un curioso edificio en el Young Museum y una cubierta vegetal en la Academia de las Ciencias. En el Palacio Legion of honor encontrareis dos Goyas y una preciosa vista de la bahia en los jardines próximos. No olvidar el Beat Museum y las innumerables galerias que exiben artistas modernos. Y para los interesados en las nuevas tecnologías, el parque temático en Silicon Valley (Intel Museum, Computer History Museum)

Yo, por supuesto, no me pierdo el Jardín botánico en ninguna ciudad. Siempre encuentro alguna cosa interesante, aunque esté tan descuidado como este de san Francisco, que además, ya no es gratuito como antes. Pero el Golden Gate Park en donde se encuentra, si que está bien cuidado y con gran variedad de cosas para hacer: Chinesse Tea Garden, Golf, Polo, alquiler de barcas, reserva de Búfalos, áreas de picnic, etc..

Comprar: Grandes zonas como Chinatown, Haight Street, Hayes Valley, Union Square y North Beach. En los barrios, pequeñas tiendas con todos los horarios inimaginables. Supermercados por supuesto grandes, bien surtidos. Yo me perdía en las delicatessen del Supersafe, en los quesos del Rainbow Grocery o en las inmensas superficies informáticas. I si buscas algo raro: Vete al Cliffs Variety Store.

Las mejores vistas: Coast Road, Twin Peaks, en lo alto de los parques de Dolores y Buenavista, y por supuesto, desde las joyas del otro lado de la bahía: Sausalito y Berkeley.

Alrededores: camino de Sacramento, la costa hasta Santa Cruz, Napa Valley para degustar vino, los parques de Sequoias gigantes al norte y Josemite imperdible.

De restaurantes y cafés hay para dar y tomar en cualquier guía. Los que yo frecuentaba cerca de casa no figuran: desayuno en Café du Soleil, que traen la bolleria del Hayes Valley, y a cenar al Restaurant Saint German (Haight St.), tapas francesas. Y ya sé que no hay tapas francesas sino españolas. Para eso, puedes ir al Picaro (en Mission), donde Carlos te servirá tapas españolas. Es una pena que ya no tenga libros como cuando era un café que heredó una librería.

Ya sé que no te perderás visitar lo más turístico: El Golden Gate Bridge, Fisherman’s warf, la antigua prisión de Alcatraz, subirte un cable-car, etc…,

Sigue descubriendo tú mismo los lugares que no encontrarás en ningún escrito.

Con mis amigos visité cines antiguos, teatros undergrounds, restaurantes vienamitas, tiendas retros y un sinfín de rincones inéditos.

Espero haber sido de ayuda para tu próximo viaje.